Conversaciones difíciles
Cuando la charla se pone complicada

En nuestra experiencia en organizaciones, con ejecutivos y equipos de trabajo,las personas o bien evitamos tener conversaciones sobre temas que creemos escabrosos, o las tenemos con la sensación que las manejamos muy mal. Esto mismo nos pasa en la vida también claramente.
Ahora bien, ¿a quién le gusta conversar sobre temas escabrosos?, Difícilmente alguien lo disfrute. Sin embargo muchas veces es necesario coordinar acciones con otras personas y tener resultados asertivamente.
No es agradable porque no sabemos como voy a reaccionar o cómo reaccionará la otra persona, o porque voy a quedar como un tonto/a o como un conflictivo/a. Es decir tenemos ciertos temores ahí dando vueltas e incertidumbre y sobre cómo se manejará y claramente sobre el resultado. Por alguna de estas razones, las personas en general no tienen esta habilidad desarrollada.
No tener estas charlas es la peor opción. Es como la basura que no sacamos de la casa antes de que pase el servicio de recolección. Hacer eso, guardarse la basura, se acumula, toma mal olor, empezamos a hacer suposiciones sobre la otra persona y sus malas intenciones y nada bueno de eso puede salir
Veamos aquí algunas ideas o pautas para gestionar estas conversaciones difíciles. No buscamos ser decálogo completo porque hay tantas personas como situaciones conflictivas que sería imposible. Veamos algunas pautas generales al menos.
Entonces aquellas charlas que creemos no irán bien, debemos prepararlas. Debe haber un diseño adecuado con escenarios, caminos, etc. Y antes que nada, debemos preguntarnos ¿Qué queremos lograr? ¿Para qué tendremos esta charla?
Muchas personas nos dicen “¿Y como hago cuando me quieren hablar de algo ahora mismo?”. Bueno quizás puedas respirar un poco si te pones nerviosa/preguntar ¿cuál es el tema de la conversación?, entender qué se quiere lograr y acordar un tiempo y espacio adecuados.
Cuando estemos ya en el “lio”, acordar el “para qué” vamos a conversar es central. Preguntarnos “¿Qué queremos lograr juntos?” y “¿para qué es tan importante?”. Puede parecerte obvio y te sorprenderías al escuchar las respuestas.
En algunas ocasiones las personas, además de trabajar sobre el ámbito donde tenemos puntos de vista distintos, necesitamos un marco de seguridad. Y eso implica que el vínculo no estará en juego en esta charla y que buscaremos salir de aquí fortalecidos. Este acuerdo hace que podamos acordar o no sin grandes riesgos
Dicen que los grandes negociadores primero escuchan, bien puedes aplicar tu capacidad para entender las necesidades de la otra persona. Si no lo tienes, debes desarrollar esta competencia o habilidad social que es tan importante.
La capacidad de argumentar tus puntos de vista y pedir justificaciones adecuadas es central para tener una conversación sobre “el tema” o “los temas” a tratar con racionalidad y coherencia.
También es central la capacidad para gestionar las propias emociones y las emociones de tu contraparte. Muchas personas pueden tener conversaciones pendientes contigo y solo necesitan descomprimir emocionalmente.
Te diría que acusar es una mala práctica que solo generará conductas defensivas, por lo que enfocarse en las soluciones y no en las culpas, es una estrategia más que válida.
Es clave que tengas la predisposición, y veas que tanto el punto de vista tuyo como el de tu contraparte son válidos si escuchas. Si inicias con prejuicios al respecto, y en modo “convenceme” será más difícil sobre todo si la otra parte tampoco tiene experiencia con conversaciones difíciles.
Si ésta charla se pone picante, si se eleva el tono y empiezan las acusaciones te diría que no muerdas los anzuelos ni las provocaciones que te arrojen personas que tienen conductas poco amigables. En todo caso, claramente debes detener la conversación y siempre puedes irte si se transgreden tus valores y el respeto por tu integridad.
En el cierre de la charla busca los acuerdos, las acciones a llevar adelante y los puntos que deben seguir conversando.
Finalmente reflexiona sobre ¿qué has aprendido? ¿Qué podrías hacer mejor la próxima? ¿Qué efectos tuvo la conversación en ti, en tu contraparte y en los resultados? Requieren continuar conversando o estuvo bien así?
Conversar sobre las diferencias que tienes con otras personas te hará más efectivo, más asertivo. Pueden convertirte en un profesional de las conversaciones difíciles, sosteniendo la incomodidad de llevarlas adelante y en post de los resultados, objetivos y metas que tienes.
Decime qué te parece y qué más agregarías a esta manera particular de conversar.